
Hay que repensar cómo hacer realidad el derecho al trabajo
Se justifica el ensamblaje del diálogo social, la negociación colectiva y la colaboración de los trabajadores como instrumentos básicos de un modelo democrático de relaciones laborales para asegurar la gobernanza empresarial, en tiempos de continuas e irrefrenables transformaciones como consecuencia de la revolución digital, el cambio climático y la crisis de la energía fósil.
Hay consenso en que se aproximan cambios radicales en todo el planeta en la forma de producir, transiciones globales en lo digital, climático, energético y demográfico, entre otros.
Existe poca certeza acerca de cuál es el mundo que se nos aproxima pero sí hay una mínima certeza, desgarradora, profunda y constante, es decir, la de que vamos a vivir un cambio como nunca antes y con una velocidad de vértigo, en eso hay consenso planetario.
Se producirá un cambio absoluto en la forma de producir, en el intercambio comercial, y ello tendrá impacto en la forma de trabajar. Se trata de prepararnos para ello. Las cifras obligan a prepararnos:
- Por efecto del cambio climático, podrían desaparecer un mil doscientos millones de puestos de trabajo.
- La aplicación de tecnologías podría sustituir la mitad de los puestos de trabajo que existen en la actualidad.
El diálogo social se perfila como interacción idónea para alcanzar consensos básicos en torno a la construcción de un mejor futuro en el escenario de las transiciones globales.
El futuro es un tiempo plural y, por tanto, un destino común hacia el cual transitar. Las oportunidades y los desafíos de las transiciones globales deben percibirse como un lugar para el encuentro para concebir un nuevo pacto social, inclusivo y de largo alcance.
Contexto Venezuela
En Venezuela hay que retomar el modelo de proyecto de país, generar un pacto social y promover el reencuentro de todos los sectores en torno a la reconstrucción de futuro, de una manera idónea hacia la ruta de un mejor futuro tomando en cuenta el declive del modelo rentista, el cual tiene que ser sustituido por un modelo de empresas productivas públicas y privadas flexibles que sean capaces de adaptarse a las realidades que se aproximan, que puedan ampliarse, achicarse y absorber nuevas tecnologías e insertarse en cadenas globales de producción para resistir el cambio.
Cabe preguntarse
En tiempos de turbulencia electoral ¿el país está en condiciones para un diálogo social?
¿Cuáles serían los protagonistas de los nuevos acuerdos y cómo debatir el tema de la representatividad?

César Augusto Carballo Mena
Abogado, egresado y docente de la Universidad Católica Andrés Bello, también profesor de la Universidad Pontificia de Lima, Perú, y Universidad Libre de Bogotá, Colombia. Miembro de la Academia Venezolana de Ciencias Políticas y Sociales. Especialista en asuntos laborales, participante reconocido en cuadro de honor del concurso Camino al Futuro Venezuela 2035 por su trabajo Diálogo social para la reconstrucción del modelo productivo y de relaciones laborales.